Entrevista a Salva Alemany, ganador del II Premio de Novela Philip Marlowe con Hotel California

La literatura tiene la capacidad de ponernos frente al espejo, incluso cuando ese reflejo nos incomoda. Eso es precisamente lo que consigue Salva Alemany con Hotel California, novela ganadora del II Premio de Novela Philip Marlowe que convoca la editorial Knowmadas Books al amparo de las jornadas de novela Cartagena Negra, un thriller psicológico que va mucho más allá del misterio: es un viaje a los abismos de la culpa, el deseo y la fragilidad humana.

Alemany nos recibe para hablar de su novela, sus personajes, su proceso creativo y de cómo es convivir con una historia tan intensa mientras se escribe.

No sabía hacia dónde evolucionaría la historia, ni sus personajes o las relaciones entre ellos

*¿Cómo nació Hotel California? ¿Recuerdas el primer impulso o imagen que dio origen a la historia?

Hotel California nace con la imagen de una mujer tendida en una cama en la habitación de un hotel y alguien que despierta a su lado sin recordar muy bien qué ha ocurrido.

* La novela comienza como un thriller y acaba siendo un drama íntimo sobre la culpa. ¿Tenías claro desde el principio que querías mezclar ambos géneros?

No, no tenía claro nada salvo la imagen que he comentado anteriormente. No sabía hacia dónde evolucionaría la historia, ni sus personajes o las relaciones entre ellos.

* Marc, el protagonista, vive atrapado entre la culpa, el deseo y el amor por su esposa enferma. ¿Qué te interesaba explorar en un personaje tan contradictorio?

En realidad no es tan contradictorio. Ese tipo de errores los comete la gente a diario, las infidelidades esporádicas son algo muy habitual, lo que ocurre es que pocas veces tienen consecuencias como las que tiene que afrontar Marc. Y cuando eso sucede, ese error adquiere una dimensión diferente, la culpa cobra un peso demasiado grande como para ignorarla. Y ahí se desencadena toda la trama.

La culpabilidad es un gran freno a la hora de denunciar determinadas estafas o chantajes

*La figura del abogado introduce un dilema moral inquietante. ¿Quisiste  que el lector también se sintiera tentado a justificar ciertas decisiones?

En la mayoría de los casos, los delincuentes, y especialmente en la delincuencia informática, se sirven de las debilidades de las personas, sus zonas oscuras. La culpabilidad es un gran freno a la hora de denunciar determinadas estafas o chantajes. En esas situaciones pensamos que lo importante es ocultar nuestro error, más allá de estar siendo chantajeados o engañados. Aquí entra en juego la vergüenza de la víctima y la falta de escrúpulos del estafador.

*El ambiente de la novela es muy visual, casi cinematográfico. ¿Fue algo buscado desde el principio o surgió de forma natural al escribir?

Es inconsciente, pero es algo que nos ocurre tanto a escritores como a lectores. Nuestra cultura es cada vez más audiovisual, consumimos series a un ritmo enormemente superior al que lo hacíamos hace treinta o cuarenta años cuando no existían plataformas de contenido. Esa cultura audiovisual nos contagia a todos, lo queramos o no, tanto en el fondo como en la forma. Tal vez por mi forma de escribir, que es muy rápida y caótica, prefiero capítulos cortos y un ritmo más rápido. En la última novela que acabo de terminar he hecho un esfuerzo por cambiar esa dinámica y es la primera vez que escribo una novela entera sin capítulos, pero ha sido una decisión consciente.

Es ante una adversidad trágica cuando un personaje se define realmente

*La enfermedad de Ángela aporta un contrapunto íntimo, humano y muy potente. ¿Cómo surgió ese equilibrio entre el thriller y el drama personal?

Siempre digo que pese a que mis novelas tratan temas como el narcotráfico, la pederastia en la iglesia, el tráfico de personas o el crimen organizado, en realidad son novelas de amor. Porque las relaciones íntimas entre las personas son las que realmente mueven a los personajes, más allá de la codicia, la lujuria, el dinero o el poder. Son siempre las relaciones personales las que más nos condicionan, y son las que a mí más me interesan como escritor. Es ante una adversidad trágica cuando un personaje se define realmente.

*La historia combina tensión psicológica con momentos muy íntimos. ¿Qué parte te resultó más desafiante de escribir?

Me siento igual de cómodo en ambos territorios. Me gusta que los personajes sean capaces de tener esos momentos íntimos, porque es lo que nos sucede a todos en la vida real, incluso en situaciones desesperadas necesitamos ese afecto o contacto más íntimo.


Escribo siempre en un ordenador y siempre con música de fondo

*¿Cómo es un día típico de escritura para ti? ¿Tienes una rutina definida o te dejas llevar por la inspiración?

Soy muy caótico escribiendo, no tengo una rutina ni en horarios ni en momentos. Puedo escribir veinte minutos y dejarlo durante varios días. El único denominador común es que escribo siempre en un ordenador y siempre con música de fondo.

*¿Sueles planificar tus historias con esquemas previos o te dejas llevar por lo que va surgiendo en el proceso?

Nunca hago un esquema previo, ni escaleta, índice de personajes ni nada parecido. Voy a ciegas desde el principio. No sé hacerlo de otra manera, no tengo la capacidad de organizar la trama de una historia ni imaginar a los personajes. A veces el detonante es una imagen, una frase, una canción, nunca lo sé.

*¿Qué te resulta más difícil: escribir la primera página o decidir el final?

No he sentido nunca el bloqueo de la página en blanco, quizás porque cuando empiezo nunca sé a dónde voy. No saber lo que vas a contar convierte el acto de escribir en una aventura en la que soy el primero que se sorprende con todo lo que ocurre. A veces no ocurre gran cosa, y otras es fantástico, pero nunca sé cuándo ocurrirá una cosa o la otra. Por eso siempre me resultan más difíciles los finales, porque conforme avanzo en la historia sé que debo terminar pero no tengo claro cómo. En ocasiones la propia historia te impone un final, como me ocurrió en Alacrán, por encima de tu voluntad. Esos suelen ser los mejores. El final de una historia es ese momento en el que normalmente se despeña una novela, y no son pocas las que defraudan precisamente por su final.

Se escriben novelas negras y thrillers horrorosos, con un nivel literario bajísimo, y suelen ser las que más venden

*¿Cuáles son tus influencias literarias o autores de cabecera, especialmente en el ámbito del thriller o la novela negra?

Yo crecí como lector con Agatha Christie, Conan Doyle, Stevenson, Conrad, Raymond Chandler o Chester Himes. Pero leo de todo, no solo novela negra. De hecho cuanta más literatura alejada del género negro leo más me doy cuenta del bajo nivel literario que hay en la novela negra española. Salvando muy honrosas (y poco conocidas) excepciones, se escriben novelas negras y thrillers horrorosos, con un nivel literario bajísimo, y suelen ser las que más venden.

*¿Cómo recibiste la noticia de que Hotel California había sido premiada?

Fue una llamada telefónica, y debo confesar que ni me acordaba de haber enviado la novela al premio. Así que fue una sorpresa total.

*Los premios suelen abrir puertas, pero también generan expectativas. ¿Sientes más presión ahora que antes de recibirlo?

No, no siento una especial presión por el hecho de haberlo recibido, es un premio modesto que no creo que vaya a cambiar gran cosa. Se necesita mucha promoción y suerte para que le cambie a uno la vida como escritor. Es verdad que da cierta visibilidad y siempre es mejor recibir un premio que lo contrario, pero no me siento presionado. Soy consciente del lugar que ocupo en esto de la literatura.

*Un pequeño juego para conocerte mejor, Salva:

-Un libro que siempre recomiendas.

Tren nocturno, de Martin Amis. Es una novela negra breve y extraña que me obsesiona, la releo a menudo.

-Un autor o autora que te haya marcado.

Juan Rulfo.

-Un personaje literario con el que te gustaría cenar.

Philip Marlowe.

-Una palabra que te defina como escritor.

Inconstante.

-El lugar donde mejor escribes.

En mi casa.

-Café, té o vino mientras escribes.

No bebo ni café, ni té, ni vino. No suelo beber nada mientras escribo.

-Una manía o ritual antes de ponerte a escribir.

Escuchar la música que he elegido como banda sonora de la novela.

-Una frase que te inspire o te persiga.

Espera siempre lo mejor, prepárate para lo peor y confórmate con lo que venga.

-Un género que nunca escribirías (o eso crees).

Romántica.

-¿Final feliz o final abierto?.

El que pida la historia, que raramente es feliz.

Salva Alemany escribe desde un lugar honesto y humano, donde los personajes respiran, se equivocan y buscan redención. Hotel California es la confirmación de un autor con mirada propia, capaz de llevar el suspense a un terreno profundamente emocional. Muchas gracias Salva por atendernos tan amablemente. Ya estamos deseando leer esa nueva novela que llevas entre manos.

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